Cuando se está pensando en cubrir un puesto en nuestra organización debemos pensar, no solo en las habilidades técnicas o hard skills, si no que también debemos incluir las llamadas habilidades blandas o soft skills, ya que estas últimas serán las que marquen la diferencia a la hora de hacer un proceso de selección con la máxima calidad y garantías.
Hard skills
Las también llamadas habilidades duras o técnicas, se refieren a todos los conocimientos que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida, bien de forma académica o a través de nuestra experiencia. Podemos resumirlas como las aptitudes necesarias para desempeñar un trabajo específico. Este tipo de habilidades, aunque necesarias e imprescindibles en muchas ocasiones, cada vez son menos valoradas por las empresas ya que es una parte de conocimiento que se puede adquirir. Y es que, hay encuestas realizadas a CEOs de importantes empresas que dicen que estas habilidades impactan tan solo en el 25% del éxito de la organización.
Soft skills
Las habilidades blandas o habilidades sociales son aquellas que marcan nuestro comportamiento, nuestra actitud y nuestra capacidad. Aunque se pueden entrenar, son habilidades muy difíciles de aprender, por lo que es muy importante tenerlas en cuenta a la hora de añadir una persona nueva en un equipo. Este tipo de competencias son las que marcan la diferencia en una empresa o proyecto impactando hasta en el 75% del éxito de la misma. Aunque las soft skills son más difíciles de buscar y encontrar su importancia las hacen determinantes a la hora de buscar candidatos.
Algunas de las soft skills más demandadas por las empresas son:
- Empatía
- Resiliencia
- Asertividad
- Comunicación
- Escucha activa
- Trabajo en equipo
- Resolución problemas